Joé Que Caló

La oleada de calor por las europas está inaguantable. A falta de playa, con mi roommie decidimos aprovechar el poco sol que nos llega directo a la terraza de 12 a 3 pm. para asolearnos y dejar a un lado la blancura de rana platanera, efecto del invierno. Al principio del verano empezamos sacando una colchoneta a la terraza, pusimos musiquita (Rosana) y nos echamos en bikini a asarnos por lado y lado. A los 5 minutos ya estábamos rojas como camarones, insoladas y con un calor increíble, pero queríamos seguir. Así que decidimos hacer uso de la manguera y calmar el calor por turnos debajo del chorrito. Y otra vez a la colchoneta, con michelada fría en la mano y música a todo dar (ya habíamos pasado a algo mas guapachoso y latino para entrar en mood caribeño).

Nuestra terracita da hacia la parte de atrás de unos edificios que quedan en una de las calles mas caras de Madrid –obviamente, nosotras estamos en la parte de atrás, donde quedan las cocinas y zonas para “el servicio”-, por lo que los vecinos, se asomaban anonadados con el comportamiento del par de sudacas que habían llegado a su barrio...algunos llegaron a cerrar persianas y todo.

Así que para darle más caché a nuestra asoleada y esperando que no nos echaran del barrio, decidimos comprar unas asoleadoras (realmente sillitas de tela, porque con las Rimax nos quedábamos adheridas después de unos segundos). Pero la música, el bikini y la manguera persisten...a diferencia del color transparente y/o camaronesco, que afortunadamente hemos logrado superar.