Formas de Superar a un Ex

En la universidad, Mrs. 007 tuvo un ex-novio que se casaba, cosa que no había superado muy bien, debido al poco tiempo que había pasado desde la terminada. Y esta fue su manera de superarlo:

No sé cómo, pero nos enteramos del día, lugar y hora del nefasto evento, que coincidencialmente era en una iglesia que puede verse desde la terraza de mi casa. Así que, a manera de duelo, nos pusimos a la hora y fecha indicada en la terraza, con binóculos (si si...esto era con todo!), para poder ver cómo sería la cosa (el típico masoquismo que nos gusta a las mujeres). Vimos entrar a la novia, al novio, esperamos la salida... Pero Mrs. 007 quería más: ella quería ver a su ex de cerca.

Como ya no alcanzábamos a llegar a la iglesia, decidimos llamar a la novia de un amigo de él para hacernos pasar por otra amiga, diciendo que habíamos perdido la dirección, que nos habíamos quedado en la iglesia y que no sabíamos llegar. Así que la novia del amigo cantó todos los datos del lugar de la fiesta....y allá llegamos mi amiga, mi novio de la época (el era una más) y yo.

Llegamos justo cuando los invitados estaban entrando, pero los novios ya estaban adentro. Aún así...ella quería ver al mancito con anillo en el dedo, para poder asumir el hecho. Como no podíamos entrar, decidimos que lo mejor era subirla a ella por una pared que daba a la calle, desde donde se podía ver el salón de recepción.

Así que mientras entraban los invitados, la gente en la calle se quedaba mirando que demonios hacía esta niña tratando de subirse a un muro, con la ayuda de mi ex. Y ella logró llegar al objetivo, viendo cómo los novios partían el ponqué. Y pensamos que ya después de esto, nos podíamos ir a reír de la pateticidad de la noche.

Pero no...no era suficiente...ella todavía necesitaba más. Así que, armada de valor y con unos aguardienticos encima, le escribió una nota al novio y se la dio al portero del Club para que se la entregara cuando estuviera sólo. Ya ahí se asumió que había pasado y tocaba superarlo.

Años más tarde nos enteramos que la servilleta efectivamente llegó a su destino y que el novio se descompuso (y friqueó) un poco al leerla.