Desvío de Fondos
Al principio de la Universidad, todavía adolescentes sin mucha plata, pero con grandes intenciones de hacer mil cosas, tuvimos que recurrir a la destinación indebida de recursos paternales en varias ocasiones. Nos inventamos que teníamos que comprar libros, hacer entregas y una que otra cosa más para podernos ir de fiesta, viajes, etc. Pero hubo dos desvíos importantes que hicimos en estas épocas:
El primero fue cuando La Susanita decidió que era mejor compartir los libros del semestre conmigo (o cualquier otra persona) y más bien gastarse la plata que le había dado el papá en ..... fiesta!! Así que en vez de ir a la librería y comprar todos los Códigos necesarios para el semestre, nos fuimos a Pomona a comprar los ingredientes necesarios para hacer Sushi para los 15 con los que parchábamos día y noche en la casa de Sarria, y comprar trago.
La segunda se hizo cuando mis papás se fueron 1 mes de viaje a Japón y dejaron plata para que yo, como “responsable” de la casa, hiciera mercado y tuviera suficiente para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. A los dos días usamos parte de esa plata para comprar Mezcal, y, después de unos cuantos, decidimos que lo mejor era destinar el resto para que Susanita, otra amiga y yo termináramos, cada una, con su respectivo tatuaje, mientras mi novio del momento revisaba con botella de Mezcal en mano y vista borrosa, las condiciones de limpieza del lugar.
El primero fue cuando La Susanita decidió que era mejor compartir los libros del semestre conmigo (o cualquier otra persona) y más bien gastarse la plata que le había dado el papá en ..... fiesta!! Así que en vez de ir a la librería y comprar todos los Códigos necesarios para el semestre, nos fuimos a Pomona a comprar los ingredientes necesarios para hacer Sushi para los 15 con los que parchábamos día y noche en la casa de Sarria, y comprar trago.
La segunda se hizo cuando mis papás se fueron 1 mes de viaje a Japón y dejaron plata para que yo, como “responsable” de la casa, hiciera mercado y tuviera suficiente para cualquier cosa que pudiéramos necesitar. A los dos días usamos parte de esa plata para comprar Mezcal, y, después de unos cuantos, decidimos que lo mejor era destinar el resto para que Susanita, otra amiga y yo termináramos, cada una, con su respectivo tatuaje, mientras mi novio del momento revisaba con botella de Mezcal en mano y vista borrosa, las condiciones de limpieza del lugar.
Y todavía tenemos las secuelas de esas épocas...
3 Comments:
falta la fotico del tatuaje... o es q no se puede mostrar???
By Anonymous, at 1:02 AM
Lo de la foto está complicado...
By Sta. Engracia, at 1:35 PM
no se puede mostrar?
By Anonymous, at 4:56 AM
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