Hickey
Yo pensé que eso no pasaba después de la adolescencia, pero me equivoqué: a mis 28 años, esta mañana me desperté con un hickey!! Afortunadamente estamos en invierno y uno puede andar de buzo y bufanda todo el día, porque eso de llegar a la oficina con un morado en el cuello, no queda tan presentable (y menos, si el causante está por ahí sentado...).
Lo que no entiendo es cómo a los 15 años uno era feliz mostrando el pedazo de morado y ahora, con la edad, llega hasta a doler.
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