Las Cosas Que Nos Pasan

Monday, March 20, 2006

Providencia en Moto

Una semana antes del paseo de excursión, estuvimos en Providencia en paseo oficial del colegio con los del curso. Lo primero que nos dijeron nuestros papás y profesores antes de viajar fue que no montáramos en moto, pues siempre terminaba habiendo algún accidente.

Obviamente, no alcanzamos a pisar la playa y ya éramos amigas de Manfred (un soldadito de Providencia que tenía un camión y cuando nos veía en la calle caminando nos recogía y nos subía.... en la parte de arriba...y nosotras feliiiiices paseando por toda la isla). Así que el segundo día, el viejo Manfred y su amigo nos llevaron a al sitio para alquilar las motos, pues decidimos irnos 6 niñas de paseo, por lo que alquilamos 3 motos para dar la vuelta a la isla.

Al principio estábamos muy tranquilitas, pero en algún momento decidimos que era excelente idea hacer carreras. Las 3 motos al límite (eran las típicas motos de mensajero malísimas, que iban a 20) pasando una a la otra, cruzando el pueblo. Ya estábamos a punto de llegar a la “meta”, liderando la competencia la moto en la que íbamos una de mis amigas y yo, cuando la moto que iba segunda trató de pasarnos, aprovechando que venía una subida (hay que decir que nuestra moto iba un poco más pesada que la de ellas, así que en la subida nos quedábamos más). Así que empezamos un mano a mano entre las dos motos por llegar primero.

Pero en medio de las ínfulas de Valentino Rossi de mi amiga y la euforia por pasarnos (en una curva), la gran motorista no se dio cuenta que venía un camión de frente, y se friquió, por lo que la moto (y sus 2 ocupantes) terminó encunetada en la carretera. La que iba en la parte de atrás de esa moto (en vestidito) terminó con la falta de collar y la piloto se paró preocupadísima con las gafas absolutamente torcidas y raspones en la cara. Las otras 4 que veníamos atrás, cuando vimos que al menos se movían, no podíamos cruzar la calle de la risa por la escena (creo que todavía nos reímos)
Después de tanta advertencia con las motos tocó decir que los raspones habían sido efecto del sol y las gafas torcidas eran causadas por un partido de volleyball. Y al dueño de la moto tocó convencerlo que el espejo siempre estuvo roto y que una parte del timón estaba torcida desde el principio.

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