Las Cosas Que Nos Pasan

Thursday, November 30, 2006

A veces no entiendo a los hombres...

Esta es la escena: conozco a un tipo y hay una química increíble, no se puede hacer nada al respecto por compromisos mutuos. Así que, aguantándome a más no poder, queda en puro coqueteo. Después de un tiempo y habiendo acabado con esos impedimentos, empezamos a flirtear a la lata por mail....pero era un flirteo bestial.

Yo estaba en Colombia y viajaba a Madrid en nada, así que quedamos de vernos el día que llegara. Pero llegué absolutamente rota y decidí quedarme internada en la casa. A la mañana siguiente encontré mail vario preguntando si no había llegado, si me había pasado algo, y un “porqué no me llamaste anoche?”. Yo, dándomelas de importante, dije que había salido con mis amigas (Phoebe, Rachel y Mónica, porque me quedé echada, cual tibia, viendo Friends). Así que lo llamé y quedamos ese día (un martes, en pleno verano madrileño) para tomarnos un café a las 5 de la tarde.

Efectivamente salimos y volví a la casa a las 6 de la tarde....del día siguiente...con mis amigas a punto de denunciar mi desaparición en la policía, porque había salido “por un café” hacía más de 24 horas.

Durante esas 24 horas: fuimos a tomarnos algo (nunca pasamos por café, pues se fue directamente por cerveza). Después de la segunda caña, fuimos a otro sitio por whiskeys y después pasamos por un mexicano, donde nos aplicamos unos tequilas...entre mi descuadre de horario, el jet-lag y la borrachera, creo acordarme que al cuarto sitio no nos dejaron entrar porque era muy tarde...pero estábamos convenientemente al lado de su casa, así que allá fuimos a parar.

Muchos besos y revolcadas en el sofá de la sala, ven y vamos al cuarto y....hasta ahí me acuerdo. Creo que no alcancé a sentarme en la cama y me quedé profunda (con ronquido y todo).

Pero me desperté a mitad de la noche, sin tener idea donde estaba, tratando de ubicarme, hasta que finalmente hice recuento, me acordé y volví al profundo ronquido de borracha. Al ratito me desperté con el man preguntándome si estaba bien, porque aparentemente estaba pálida, tiritando y “sudando frío”...le eché la culpa al aire acondicionado (obviamente no era la maluquera de los dieciochomil tragos de la noche), así que lo apagamos y seguimos durmiendo (y yo roncando). Media hora más tarde, me desperté nuevamente sudando...pero del calor del demonio que hacía, así que me tocó despertar al hombrecillo para que prendiera el aire otra vez. No sé cuanto tiempo después, me desperté con el mancito al lado mío, despertándome a besos, Carlos Vives a tope de música de fondo, y un dolor de cabeza que no podía con mi existencia...que el decidió calmar con un pedazo de chocolate (¿!?). Y para finalizar, trato de abrir los ojos, pero los tenía tan secos, que no paraba de llorar...él, súper angustiado, traía y me echaba gotas.

Cuando finalmente pude pararme de la cama, porque las ganas de vomitar estaban haciéndose imposibles y el chocolate coqueto no ayudó de a mucho, me di cuenta que algo le había pasado a mi pelo, porque tenía un enredo en la parte de atrás que parecía rasta...y yo tengo el pelo liso!!

La escena era realmente patética.

Así que después de la dormida, el ronquido, la sudada (por frío y calor), la cara de guayabo, la llorada y el enredo rasta, de verdad no entiendo porqué demonios me siguió llamando. Yo definitivamente hubiera dejado así después del segundo ronquido...

Monday, November 13, 2006

Si, si ... definitivamente hay cosas que SOLO me pasan a mi y darían sopa y seco para cualquier guión hollywoodense. Ay, por donde empezar a contar...