Todo el mundo necesita un Lip

En primer semestre de universidad me hice muy amiga de un sujeto un poco peculiar. El man era súper buena gente, parrandeábamos, me daba consejos amorosos...en fin, era mi mejor amiga. Hasta que un día le dio porque estaba enamorado de mi y ahí empezaron los problemas. Sin yo saberlo, me saboteaba las salidas con los tipos que me gustaban, se inventaba problemas personales para que yo le ayudara, se auto-invitaba a almorzar a mi casa (y siempre llegaba con pan??) y hasta me regaló un perro.

Pero un buen día, después de salir a tomarnos unos drinks y hablar sobre porqué DEFINITIVAMENTE no quería salir con él, por horas y horas, me llevó a mi casa. Y la lora en el carro siguió y siguió y siguió. Hasta que no pude más y decidí que lo mejor para que dejara semejante drama (ya íbamos en llanto y todo) y poderme ir rápido a dormir .... era darle besos. A partir de esa noche y lo raro de la situación (no entremos en detalle, que me da escalofrío, pero no fueron precisamente los mejores besos de mi vida), se le puso el apodo de “Lip”.

En esta fría noche madrileña, hay que hacerle homenaje a este sujeto, quién logró que nos diéramos besos, con tal de salir rápido de su carro y dejar de aguantar la maldita lora. Y quién fuera a pensar que más de 10 años después, ojalá tuviera algún Lip...para salir corriendo.